viernes, 19 de junio de 2009

Columna de Opinión



Por Norma Moreno Soto, Seremi de Gobierno.

La memoria

Hace un par de días atrás hemos podido observar a través de los medios de comunicación, como la justicia ha procesado a uno de los ex conscriptos involucrados en el asesinato de Víctor Jara, y también hemos visto como sus restos han sido exhumados para someterlos a pruebas que entreguen nueva información a la causa que lleva adelante la justicia, y que intenta esclarecer las responsabilidades en la muerte del cantautor.
Estos imágenes sin duda que nos hablan de una herida que se mantiene abierta, en busca de responsables que son incapaces de asumir el daño hecho a todo un país, me imagino que ellos desearían que el tiempo borrase esa mancha indeleble en la historia de nuestro país, pero lamentablemente, para ellos, la memoria no es lo frágil que desearían, pero nuestra memoria tiene esa capacidad para retener y recordar el pasado.
Algunos, como el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, pretenden calificar a la memoria como la enfermedad del resentimiento, pero se equivocan, por que la memoria es la vigencia del cariño, de los afectos y es la negación del olvido, debemos ser capaces como país de mirar desde donde venimos para saber ciertamente hacia donde vamos, para así no transitar por la negación.
Debemos ser capaces de entregar un mejor país a nuestros hijos, uno que este fundado y aprenda de su historia, donde opiniones como las hechas por el señor Larraín sean las menos, por que nos queremos que este triste y doloroso pedazo de nuestra historia se repita, y para esto debemos ser capaces de mantener viva nuestra memoria, y entregar justicia a tantos padres, madres, hijas hijos, hermanas, hermanos y parejas, que aún no tienen una respuesta de quienes cometieron tan horrendos crímenes.
Desde la vuelta la democracia, hemos trabajado arduamente en lograr que se haga justicia para los miles que murieron y desaparecieron durante la dictadura, no por resentimiento o venganza, sino por el amor, cariño y respeto que les tenemos y que continuará en nuestra memoria, es así como queremos continuar nuestro camino, así como lo cantó Víctor Jara, "El odio quedo atrás, no vuelvas nunca, sigue hacia el mar, tu canto es río, sol y viento, pájaro que anuncia la paz, ven conmigo ven, ven conmigo, ven".

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