lunes, 22 de junio de 2009

Columna de Opinión



Por Norma Moreno Soto, Seremi de Gobierno.

Hasta Siempre

El mediodía de este jueves nos enteramos del lamentable fallecimiento de Hortensia Bussi Soto, la "Tencha", la inseparable compañera del Presidente Salvador Allende por más de tres décadas, con quien recorrió el país conociendo la realidad que afectaba a chilenas y chilenos a lo largo de nuestra tierra, la misma quien sepulto en septiembre del 1973 al fallecido presidente en el cementerio Santa Inés de Viña del Mar, rodeada de militares golpistas.
Esa es la entrega y la consecuencia que nos ha dejado como legado la compañera "Tencha", fue así como desde su exilio recorrió más de 50 países defendiendo la democracia y denunciado los abusos y la impunidad que durante esos oscuros años de dictadura vivió todo nuestro país, en ese exilio vivió la perdida de su hija Beatriz, sumida en una depresión desde la muerte de su padre, así pasó esos duros años lejos de su tierra.
Su lucha, junto a la de muchos, hizo que el año 1988 recobráramos la democracia, volvió a su país para continuar la tarea que su marido había dejado inconclusa bajo los escombros de un Palacio de La Moneda bombardeado y en llamas, honrando el nombre del primer presidente socialista elegido democráticamente. Su trabajo no termino ahí, creó y dirigió la Fundación Salvador Allende, transformándose en nuestra memoria, en nuestra conciencia de aquel terrible pasado. Sin grandilocuencias logro convertirse en un espacio de paz y de encuentro de muchos, que vieron en ella la oportunidad de reconciliarse, de crecer y de continuar con vidas que fueron torcidas una mañana de septiembre.
Hoy la partida de la "Tenchita" remueve los dolores de tantos que sufrieron como ella, pero que han tenido la oportunidad de vivir en un país que ha vuelto a su esencia de libertad y de democracia, es su incansable compromiso y testimonio de dignidad el que todo un país recuerda y el que es reconocido internacionalmente, ella tuvo la oportunidad, que otros perdieron, de caminar por las grandes alamedas por donde hoy transita el hombre libre, es este recuerdo, el de una mujer llena de dignidad, el que nos permitirá recordar de que aún seguimos vivos.


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